La anciana

Mi primer recuerdo era estar acostado en mi cama, no en mi cuarto sino en una especie de sala que había en el segundo piso de la casa de mis padres, lo extraño es que ahí no era un lugar para dormir ni nada por el estilo, era de noche y todo estaba absolutamente oscuro y silencioso, mucho más que de costumbre, todo alrededor estaba envuelto en una densa oscuridad que no me permitía ver mucho más allá, de alguna manera el lugar donde yo estaba sentado se hallaba tenuemente iluminado, como si un reflector muy pequeño estuviera encima de mi, pero de alguna manera no podía verlo, era como si la luz solo estuviera allí y ya; las luces de la calle o de la luna no entraban por las ventanas como normalmente lo harían, miré hacia todos lados en busca de algún integrante de mi familia pero no pude ver absolutamente nada, la confusión y un miedo comenzaban a invadirme y desesperarme. Fue entonces cuando escuché ruidos a lo lejos y que luego pude ubicar que provenían de la planta baja de la casa, identifiqué los sonidos como pisadas que iban subiendo las escaleras lentamente, al cabo de unos segundos noté como un destello de luz poco a poco iba acercándose o mas bien subiendo las escaleras por decirlo de alguna manera, dicha luz se hacía cada vez mas fuerte e intensa pero a la vez era tenue y débil (si es que tiene sentido eso), las pisadas se escuchaban mas cerca, mi miedo crecía y a la vez esperaba que fuera alguno de mis padres o al menos alguno de mis hermanos jugando una broma, mi respiración se agitaba y al mismo tiempo trataba de contenerla para no delatar mi presencia; fue entonces que la vi, una anciana que venía subiendo con unos pasos lentos y cansado pero firmes al mismo tiempo, sostenía un pequeño plato con una vela que estaba a punto de consumirse la cual era la que emanaba aquella luz y que con el movimiento formaba sombras que bailaban lentamente sobre la pared haciendo la escena aún más perturbadora, ella tenía un vestido gris con figuras negras, se veía sucio y raído por el paso de los años y el uso, su pelo era totalmente blanco y su rostro arrugado delataban que era bastante mayor, sus manos tenían manchas de la edad, eran huesudas lo cual hacía que lucieran muy arrugadas, su piel clara, colgaba y era de un aspecto suave que igual denotaban signos de vejez, era de un aspecto tétrico rayando en lo nauseabundo. A cada paso que daba podía sentir como mi corazón se aceleraba aun más y se me dificultaba mucho el respirar, quería pedir ayuda pero estaba tan asustado que no podía ni hablar, no podía moverme, una impotencia y desesperación invadían mi cuerpo a la vez que me entraba un sentimiento de resignación, recuerdo que pude arrastrarme un poco hacia atrás hasta que mi espalda se encontró con la pared, la anciana terminó de subir las escaleras, volteó a donde yo me hallaba, estuvo allí parada unos segundos observándome hasta que comenzó a caminar nuevamente pero esta vez hacia mi dirección al mismo tiempo que extendía su mano hacia adelante sin emitir ningún sonido más que el de sus pasos que se mezclaba con mi fuerte respiración.

Lo siguiente que recuerdo fue haber despertado en mi cuarto, bañado en un sudor frío, con el corazón palpitando con rapidez como si hubiera corrido un maratón entero, aún tenía ese sentimiento de miedo y desesperación, respirando de manera agitada y brusca. No me atreví a salir de mi cuarto y no pude volver a dormir esa noche. Tuve muchos problemas para conciliar el sueño en semanas, pues temía mucho que aquella anciana regresara a visitarme en mis sueños.

Han pasado casi 30 años desde aquella noche, incluso ahora que lo recuerdo siento como se me erizan los vellos de la nuca, no puedo evitar sentir un miedo casi irracional al recordar a esa anciana de aspecto inofensivo pero a la vez espeluznante, tengo muy presente ese rostro arrugado de tez clara y pómulos afilados, no he podido olvidar esos ojos oscuros y hundidos que me observaban fijamente ni tampoco puedo evitar sentirme asustado cada vez que lo recuerdo y me imagino que hubiera pasado si no hubiera despertado y ella alcanzaba a tocarme.

Por qué les estoy contando esto ahorita? Porque ella ha regresado, ayer la volví a ver en mis sueños y temo que esta vez sí me alcance.